martes, 31 de marzo de 2009

Anfiteatro Flavio, Roma febrero 2009

Más conocido desde la Edad Media como Coliseo por su proximidad a la estatua colosal de Nerón, el Anfiteatro Flavio fue el mayor edificio levantado por Roma y quizá el mayor también de toda la Antigüedad. Aparte de su valor como obra de ingeniería, el Coliseo era también una obra de arte: el pórtico del coronamiento del graderío, con sus columnatas de cipollino y de granito gris, desplegaba todo el boato que caracteriza a las grandes empresas de la dinastía burguesa de los Flavios. Relieves de mármol y de estuco, apenas conservados aquí y allá, abundaban entonces en la cávea y en la infinidad de logias y galerías. De todo ello queda en el interior una enorme carcasa, y sólo por fuera, donde las novedades eran de tono menor, tenemos el perímetro de la enorme elipse de más de medio kilómetro de envergadura y gran parte de su fachada curva original, con su circunferencia de ochenta arcos de medio punto.

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